Páginas

domingo, 29 de diciembre de 2013

Cuento corto

Almas que no conocen nada sobre la magia pero creen saber sus trucos, ellos dicen conocer su esencia y yo sigo fingiendo que creo en sus títulos de "magos".

.
Cuento corto


Lejos de aceptar el porqué, le preguntó a la del espejo -¿por qué tan demorada?
respondió furiosa, gritando -"es que antes yo no entendía nada"

Salió corriendo aunque su corazón le suplicaba. -quédate, no seas cobarde.

Casi ciega de recuerdos, se despidió a penas de un cuerpo no de un alma.

Afuera del castillo se sentó en medio del camino y se limpió las lágrimas.

Muchos pasaron por su lado, algunos le decían -"eres débil, ya no crees en ti"

Sacó su foto, devolvió el camino, en un esquina el viento dio su último beso.

Arruinada desde el cabello hasta el alma, entendió que las princesas ya no caben en cuentos de hadas.

Al llegar a su escondite, obligó su sonrisa cuando otro rostro sin palabras preguntó -"¿qué te pasa?"

-¿Qué importa? otro mal día, otra mala persona, otro cuento que fracasa.

La princesa no ha entendido que en esto de los "había una vez" hace rato está quebrada, que renuncie, que se vuelva bruja o que se convierta en hada, que deje de ser la bonita del cuento haber si algún día bien le pagan.

Para sobrevivir.

La vida tiene días especiales, días en que la esperanza te abraza y decides luchar con todas tus fuerzas, pero también días en los que la maldad te depreda, "los humanos te depredan". Aprendes entonces que tal magia no existe, que todo está en tu mente, que a veces todo es cuestión de perspectiva, que algunas cosas sólo hacen parte de tu imaginación, y sólo están allí, en tu imaginación.

Lo has perdido todo, el rumbo, incluso a ti mismo en el camino, el dolor te pudo más, te venció de forma estúpida, tan sólo porque luchaste con las armas incorrectas. Te levantas, te "preparas", vuelves a la guerra, aun sabiendo el riesgo, pero de nuevo con una estrategia equivocada ¿Cuántas veces he de decirte, que maldito el hombre que cree en el hombre?

Para sobrevivir en medio de los humanos son necesarias tres cosas:
1.Entender que para ganar siempre tendrás que perder algo en el camino.
2.La única forma de superarte sera desprendiéndote incluso de ti mismo, de tus sentimientos, de todas esas y manipuladoras emociones.
3.No pierdas de vista la meta, no importa quién "te acompañe" recuerda que por el camino, ya son varios los que se han perdido, y en ocasiones, su "perdida" termina siendo un obstáculo para ti.

No dejes que tus pensamientos se escapen frente a otras almas, no creas que aquel que confunde reina, porque ese alguien al final del día tendrá todo menos quien lo adore.

No creas en palabras de aquellos que dicen comerse el mundo, a veces son sólo glotones, a veces sólo comen de gula, a veces se están comiendo a ellos mismos y no se han dado cuenta.

Nunca sueñes de más, tus alas son una linda teoría a cerca de la libertad, pero tal cosa amigos, no existe cerca de las necesidades humanas, de esos "amores" y esas adicciones que te consumen. La libertad sólo es posible cuando vuelas al lado de, no entorno a.

No te mientas, el mundo es jodidamente cabrón pero siempre va mirarte de frente, al mundo no le interesa fingir que "todo está bien" y al abrir los ojos quieras o no, estará tu realidad, esperando a que por fin entiendas cómo son y cómo serán las cosas, de ti depende, incluso tu sonrisa.

No guardes tus palabras por miedo a incomodar, el planeta ya tiene bastantes silencios, si estás inconforme grítalo, que por falta de voces que representen es que el mundo ha elegido callar por tantos siglos.

Tatúa en tu mente esta frase "nunca tomes decisiones permanentes sobre emociones temporales", jamás te metas a una batalla que no sabes luchar, jamás permitas que tus palabras mientan, ilusionen o traicionen, jamás digas algo que realmente no sientes, jamás mires unos ojos que no valoras realmente, mantén tu palabra hasta el último recurso, incluso en ese último pon como pilar aquello que dijiste, no hay nada más patético que la gente sin palabra.

Aprende a decir adiós, entiende que todo acaba, que nada es para siempre, se fuerte, incluso cuando los recuerdos quieran hacerte tropezar, no te alimentes de sonrisas pasadas porque ellas jamás se alimentarán de lágrimas.

Llora lo que tengas que llorar, pero jamás te quiebres frente a alguien, peor que mostrarse débil, es mostrarse bueno, de buen corazón, las lágrimas siempre dejarán ver lo peor y lo mejor de ti, una vez lo pones al descubierto, has abierto la puerta más grande de tu alma.

Desconfía, hasta de los "te quiero", recuerda que la lengua es rápida, que la mentira existe y que pinocho es sólo un cuento, que si no estás atento ninguna nariz te pondrá sobre aviso.

Jamás cuentes lo mejor de ti a nadie, déjalo para ti, para la noche, para las estrellas, para los arboles, las flores...allá afuera la única materia que podrá comprenderte, que podrá amarte sin herirte, se llama madre naturaleza.