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domingo, 19 de julio de 2015

a-eme-o-ere

Se aprende al andar y al recorrer los errores, una, dos, mil veces.

Se entiende la vida cuando aprendes a despedir, cuando saludas sin apego y cuando sinceras los recuerdos. Sabes quedarte entre las esquinas sin soledades frustradas cuando las risas se te encogen, cuando lo mínimo te seduce, cuando un día cualquiera, incluso sin sol, te enamora el paisaje.

Amas en silencio y sin tanto ruido en los abrazos cuando aprendes la canción perfecta entre los dedos...

Fijas la nariz en la memoria, saludando lo incoloro y ahuyentando el gris destiempo.

Descubres que me amas.

Sacudes el pasado, te acomodas las heridas, las luces con orgullo, organizas tus deseos y revisas los pendientes.

Cuidadoso te amo.

Cuando me amas despacio y sin afán del futuro,

Sin miedo a equivocarte y cuando me cuentas el mundo,

Nos amamos.

Encontramos la utopía de muchos y el enredo constante de quienes lo pierden, la fantasía de quien sólo sueña y el disfraz de algunos que sólo juegan.

En algún lugar nos aman.

Nos celebran la complicidad y en las noches nos dibujan, le fabrican al amanecer la sonrisa.