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martes, 25 de julio de 2017

Yo también fui muy idiota

Y está bien admitirlo, está bien asumir las veces que hicimos el ridículo, que nos tomamos algo demasiado a pecho o quizá peor: admitir que herimos, que fallamos, que fuimos motivo de vergüenza, tristeza, odio para alguien más. 

Traía hace años la verguenza de muchas cosas que dije, hice, pensé y no sabía la forma de admitir que sí, que fui una Idiota con I mayúscula: juzgué, me equivoqué y no me di cuenta de esto hoy, lo supe hace muchos años -face palm-. La cuestión es que cuesta admitirlo, pues no puedo cambiar mis actos, por más que intente repensar una y otra vez esas situaciones que definitivamente no me hicieron mejor, no hay forma de volver al pasado y cambiar esa frase, no tener ese gesto, replantear esa actitud. 

Sin embargo esta semana, tras leer mucho sobre disfrutar la vida, no tomársela tan en serio, amar cada aspecto de ella, aprovechar los tiempos de espera e incluso de dolor para crecer, entendí que la culpa es absurda -o sea no sirve, no edifica, no me hace feliz- que, en efecto, pude hacerlo mejor, pero diferente quizá no me tendría en el lugar de hoy. 

Por eso quiero decirle que seguramente usted también ha sido un/una idiota alguna vez en su vida y que aunque, al igual que en mi caso eso sea irreversible a ojos de muchas personas, para usted y para cualquier ser humano es siempre una nueva oportunidad de crecer, es decir, porque es muy normal embarrarla siempre y cuando genere un cambio tras experimentar/asumir consecuencias.

No hay nada peor en un ser humano que un patrón de conducta negativo y honestamente, desde mi propio auto-análisis, no hay peor ofensa, para el ya ofendido, que vernos encendidos en el error de siempre.


Quisiera poder hacer una lista de las cosas de las que me arrepiento, pero bueno ¿Eso a qué viene? Lo importante es que ya no me avergüenza ¿La razón? soy diferente, me siento diferente y lo único que puedo hacer frente a las personas que ofendí es pedir al cielo por un encuentro con esas personas para que yo pueda restituir de alguna forma, con un abrazo ¡La forma que sea! y decirle: "Perdón, estaba equivocada" o lo que cuesta más: "Tenías razón, lo siento".

Ni usted, ni yo, ni nadie en este planeta es perfecto y posiblemente sus actitudes, las mías, las de la mayoría han sido motivo de burlas, de juicios muy duros, de un eterno señalamiento que puede ser "justo" o no -Pero ¿qué es justo verdaderamente? 

Lo mejor que podemos hacer es abstenernos de juzgar tanto, de creernos con -como aprendí la semana pasada- el poder de confrontar a todo el que nos "parezca" está equivocado. Creo que cada uno tiene sus luchas, sus momentos, sus dolores, sus retos y felicidades ¿Es suficiente con cada uno de nosotros no creen? Ojalá estemos tan ocupados siendo felices, siendo mejores, ojalá no nos quede ni una milésima de tiempo para detenernos a ver el "error" en el de al lado y ojalá nuestros ojos sean lo suficientemente hermosos para poder admirar las cualidades de quienes nos aman, de quienes nos rodean; pues en últimas, no fuimos llamados a otra cosa que "amarnos los unos a los otros" un principio básico, que transforma cualquier lugar en el que se practique.

Ahora repita conmigo #YoTambiénFuiMuyIdiota pero ahora soy mejor persona, soy mejor hijo(a), mejor hermano(a), soy mejor pareja, soy mejor amigo(a) ¡This is living now! 



"Black and white turns to colour all around, ALL IS NEW"



viernes, 7 de abril de 2017

Llamado de emergencia

Se me quebró el mundo en mil pedazos cuando me puse a leer la sentencia en Colombia que enmarca la infidelidad como violencia psicológica. ¡Y a mi que nadie me cree cuando les digo, que hay golpes, que sin ser físicos matan de a pocos! Sin hablar del perdón, del seguir, tan sólo hablando en simplezas, de lo que en esencia significa que te fallen.

Me explico, claro que al perdonar ese tipo de cosas se puede incrementar la herida, pero...siendo honestos, la herida antes de cualquier consecuencia o reacción, está ahí, ya se hizo, sea cual sea el paso adelante ¡Tienes una marca!

Muchos creen que soy débil porque brindo segundas oportunidades o que soy demasiado ingenua por seguir creyendo y también me juzgarán si acaso corto tajamente con 'hasta nunca, si te vi ni me acuerdo' -Porque así es la gente-, pero es que ni siquiera se trata de eso ¿O acaso vamos a enfocarnos en inculpar a quienes simplemente hemos tenido un poco de fe en el otro? se trata de cómo vemos con normalidad y casi como algo trivial -ajá pues "el pan de cada día"- las agresiones emocionales y psicológicas, de cómo mis queridas mujeres hemos disfrazado de ideales a quienes han sido muchísimas veces nuestros verdugos.

Empezaré diciendo que no siento vergüenza de señalar públicamente que me han sido infiel ¿o acaso soy la única persona en el mundo que ha tenido que enfrentar la traición? Si acaso, seré de las pocas, que con mucho tacto intentará ayudar a otras, porque ¿Para qué otra cosa nos suceden las tristezas si no es para aprender de ellas y replicar el aprendizaje?

Vengo a preguntar entonces ¿Cuántas veces hemos sido víctimas de violencia psicológica por parte de nuestras ex, actuales parejas? ¿Somos conscientes de ello? ¿Caemos en la trampa de "es culpa de la maldita zorra que se le insinuó" y enfocar todo el odio en la tercer involucrada? Seamos honestas: varias veces, no somos conscientes y sí caemos en la trampa.

Sin ponerme el traje de juez, que no me queda y tampoco me gusta, vamos a reconocer que 1. hemos fallado en el bochornoso intento de justificar que las infidelidades suceden porque otras mujeres llevan a cabo el simple acto de respirar cerca a nuestras parejas y 2. Creemos que son tan buenos en "x" y "y" que ¡Por Dios, todas quieren con él, incluso yo y por eso lo perdono! Mujeres, hagamos el ejercicio de empezar a dejar caer cada cosa por su propio peso y no excedernos en las cargas, que en últimas no le pertenecen a terceros y claro, tampoco son para que nosotras solas las carguemos.

Dicho esto, vamos a identificar las (posibles) consecuencias emocionales -pueden pasar un par o todas en el peor de los casos- de una infidelidad/traición en nuestras vidas y el porqué puede ser uno de estos eventos catalogado como violencia spicológica:

  • Inseguridad
  • Celos excesivos
  • Llegar al llanto con facilidad
  • Susceptibilidad 
  • Drama en la mañana, drama en la tarde, drama en la noche
  • Insomnio
  • Depresión
  • Inestabilidad laboral 
  • Impulsividad con tendencias a la agresividad
  • Ideas suicidas -ay no Nataly, que exageración, pero los invito a que lean las cifras de suicidio y para mayor relación con el tema, ahí les dejo un link interesante que argumenta que en Colombia "las razones del suicidio con más prevalencia fueron los celos, la desconfianza y la infidelidad” http://bit.ly/2o7mQaC


Y no, no vamos a decir que entonces "ya todo el mundo se quiere suicidar por cualquier estupidez y que verguenza con los que sí tienen problemas reales" porque es que la depresión, por poner un sólo ejemplo, es una enfermedad -No lo digo yo, lo dice la OMS http://bit.ly/1QYGEGz- y claro que entra en debate la crianza y otros eventos traumáticos que podrían simplemente catapultarse con situaciones ""normales" como la infidelidad de la pareja" pero por si acaso, si les interesa, hay miles de casos en donde el sólo acto de traición conlleva a un desgaste emocional tan fuerte que sin tener antecedentes de traumas en la infancia etc, son el detonante suficiente para situar al sujeto en contextos suicidas. Tampoco vamos a hablar de los infieles, porque no es este el caso.

Son tantas las consecuencias que siento un poco de frustración y verguenza al reconocer que como muchas NO somos -y Dios nos libre- el tipo de mujer que alguna vez tuvo que cubrirse un morado en la cara o que terminó con ácido en la cara, nos sentimos bendecidas y afortunadas ¡Gracias a Dios nuestras ex parejas no nos cogieron a puñaladas, son unos seres de luz, nos han apuñalado emocionalmente pero lo importante es que no tenemos cicatriz queloide visible! ¿En serio?

En este punto debo decir que hay eventos tan dolorosos en nuestras vidas que, queriendo o no, terminamos convirtiéndonos en un monstruo insoportable que o daña a otros o se daña a sí mismo. Pero ¿Cuál es la salida? ¿Lo dejamos? ¿Lo señalo? ¿Pago terapia psicológica? ¿Terapia de pareja? La respuesta es: busque ayuda, la necesita, la necesitamos, en cualquier caso eso salva vidas, malos días, malos meses, previene malas decisiones. No se quede sola, no lo está ¿quiere perdonar? Hágalo -no hablo de seguir con, sólo seguir, usted, perdonando y sanando- No soy quién, ni conozco sus quienes para definir si vale o no la pena continuar al lado de ese alguien tras un momento tan devastador -Lo es para muchos, así queramos volverlo algo superficial- pero lo cierto es que hay que dejar que sane la herida, no sofocarla reprimiéndose el dolor, no llorando y llorando sin ningún avance por las noches.

Algunos sabrán sobrellevarlo más fácil, otros se entusarán por un tiempo y lo superarán ¡Y que bueno, está muy bien! pero si no es su caso, no se calle ese dolor, no se trata de ser débil o fuerte, se trata de saber curar cuando sea necesario, llore en compañía, busque quién la escuche realmente, quien tenga la suficiente objetividad para darle un buen consejo ¿No hay nadie cerca? En Colombia existe la Línea Púrpura: 3007551846 - 018000112137 con mujeres listas para apoyarla y que no nos de pena, es mucho más vergonzoso andar por ahí luchando con algo que no podemos enfrentar y ni hablar de lo terrible que puede resultar dejarnos vencer. Es valiente saber aceptar cuando necesitamos una mano para levantarnos. Es bueno acudir a las llamadas de emergencia.

¿Qué importa si para algunos este es un tema ridículo? ¿Qué importa si alguien cree que no cuenta el dolor de una mujer? ¿Qué importa? ¿Acaso importa más que nuestra vida, que nuestra felicidad, que nuestra salud?







jueves, 2 de marzo de 2017

Vasijas rotas

No tengo especialidades, ni posgrados, tampoco conozco más allá de Colombia, pero saben qué si tengo: una buena alma, convencida de que se puede ser mejor sin tanto adorno, ilusa -porque seguro así me llaman- por creer que lo que se "tiene" es una fantasía que entre el espíritu no acumula ningún tesoro.

¿Y qué es tener? Casi siempre acumular, presumir, la mayoría mira lo que el otro posee -y basado en eso elige- sin primero preocuparse por lo que hay pa ofrecer -aquello invaluable- ¡Y muchos damos el alma, pero vea usted, para algunos no es suficiente!

Conozco a quienes les sobra, no dinero, ni estudios en el exterior, tampoco postales en Chicago, pero sí pasión. Que bonita la gente que enamora sin adornos, sin la belleza idealizada que todos buscan, que pobre el ojo que se desborda por la estética, por esa misma que ni siquiera nos pertenece pues en la vejez se desgasta hasta agonizar en mala memoria y claro: en arrugas que el mundo desprecia porque el colágeno es lo único preciado en estos tiempos. -Aplausos a la audiencia-

Hoy es de esos días en donde no le siento alma a nada, en donde escucho parlotear sin parar al par de imbéciles que tengo en frente, en donde, intento compartirles una risa a cambio del desprecio, que asco, sentarse en el acto preciado de acompañar a personas que juegan a vivir, como si en verdad, las cosas más simples no importaran.

Me cuesta, me presiona no sacudirme las palabras, no sé si tenga voz para decir lo que digo, no sé si tenga el derecho pero ¿alguien más, aquí de mi lado, que me ayude a gritar lo detestable que es vivir -así sea por un par de horas ocasionales- al lado de seres que -fingen o aparentemente- no aman? ¿Alguien aquí, que me diga que sí, que realmente es muy agotador vivir dando el alma en vasijas rotas?

Maldito drama, lo sé, es como si en ocasiones esta sensibilidad extrema no me permitiera comprender esta naturaleza bruta de vivir de cabeza tomando decisiones que lastiman ¿qué carajos tengo torcido para no aceptar -bajo ningún pretexto- la falta de lealtad?

Hoy me dijeron amargada y sin embargo, jueputa, sonrío como pocos a diario, en serio, así con el pasado de los míos a cuestas, con sus cagadas, las de hace años, las de hace unos días ¿amargada, cuando me dejo ir en risa honesta frente a quienes me han lanzado la puñalada? No les basta, a ninguno, a nadie, que aún nos quede amor a los que amamos, que aún nos queden caricias después de perder tanto, seguro creen que no es posible que tanta dicha en medio del error tenga lugar, que después de la caída uno quiera seguir caminando.

Parece uno de esos malos chistes, en donde sin importar cuanto te exprimas en hacerlo bien, aún te miren y pregunten ¿permanecerás? como si acaso, tenerme en frente, mientras me hago curación de herida y sonría porque sí, porque aprendí a hacerlo, no fuese lo suficientemente claro, porque sí, porque de esto -inexplicable- tengo y me sobra ¿les regalo?.


https://www.youtube.com/watch?v=GZpGVmZ3EAw

domingo, 5 de febrero de 2017

Lo que es pa' uno

Nos equivocamos si pensamos que la fidelidad tiene que ver con una jaula hecha con barras de cristal en la que sólo coexisten dos, nos equivocamos al pensar que la palabra fallar no tiene cabida en nuestras relaciones.A los amigos, la familia o nuestra pareja en algún momento les fallaremos y puedo constatar que sin que excuse ciertas decisiones equivocadas, errar hace parte de ser humanos.

Llevo años en la construcción consciente de mis relaciones y todos aquellos que hacen parte de mi la mayoría de veces me han llevado -o he querido/tenido que- a atravesar cambios bruscos, porque como muchos he vivido una vida llena de primeras veces y en los últimos 5 años, sin duda, he tenido que sortear sin experiencia tantas cosas que a veces me ha costado meses entender, incluso vainas que quizá aún en este punto no entiendo.

Es tan sencillo explotar nuestros sentimientos sin prevenir su desgaste, sin medir la altura de la caída, pero lo que más he aprendido es que el cariño sincero derriba obstáculos, no por arte de magia sino por exceso de valentía y de fe, de -honestamente- una intervención divina imposible de comprender.

La intervención divina...justo un tema que no muchos creen, pero que personalmente he experimentado de formas básicamente inexplicables, que todo fluya de ciertas formas, que los acontecimientos nos tomen por sorpresa -para bien y para mal- que nuestras decisiones desencadenen finales inesperados, pero principalmente que a pesar de nuestros errores sigamos contando con, sí, lo que sea con lo que usted cuente, que al llegar la noche uno siga Viviendo, así, con V mayúscula.

Con certeza debemos aceptar que a veces nos preocupamos demasiado por el futuro, pero en realidad nuestra mayor prioridad es únicamente construir el presente. Enamorarse cada día de nuevo, regalar un buen plan a los que amamos, darse un chance de ser feliz de formas diferentes, tomarse un respiro, ser un poco más libres, menos dramáticos.

El amor hacía los nuestros es uno de esos temas que nos tomará años de entendimiento, quizá un par de lágrimas pero ¿no es acaso muy mágico que en medio de la caída -especialmente las que son en compañía- tengamos la oportunidad de -literal en el piso- sentir un poco más cerca al otro?

¡Amar, sólo queda amar cuando todo se ponga muy difícil! Sonreír cuando nos quiera tocar la tristeza, ser genuinos cuando nos encontremos de frente las mentiras, intentar entender al otro siempre, aprender de los errores y pulir nuestros principios, hacerle honor a nuestras hermosas cualidades, pero especialmente: ser felices, muy felices pues es la única forma de disfrutar lo que es pa' uno.



viernes, 6 de enero de 2017

Mujeres que se reconocen

"Si has intentado encajar en algún molde y no lo has conseguido, probablemente has tenido suerte. Es posible que seas una exiliada, pero has protegido tu alma... Es peor permanecer en el lugar que no nos corresponde en absoluto que andar perdidas durante algún tiempo, buscando el parentesco psíquico y espiritual que necesitamos. Jamás es un error buscar lo que una necesita. Jamás." 
 ( Clarissa Pinkola Estés, Mujeres que corren con los lobos p. 201)

Se desconocieron cuando se encontraron llorando un mar de lágrimas y rotas porque alguien las dañó. Lo único más cierto en cada una es que se entregan sin medida, porque las mujeres que se reconocen saben cuánto tienen exactamente para dar y sólo aquellas que saben lo que valen concluyen que siempre es más, mucho más de lo que cualquiera imagina.

Las mujeres que se reconocen saben bien a qué saben sus defectos, sin glorificarlos los advierten, los delimitan porque jamás han permitido que aquello que las daña las controle, son fuertes aunque muchos las hayan visto llorar en público, no le temen al fracaso y curiosamente son, de vez en cuando, quiénes más se limpian las rodillas y se levantan,

Una gran parte de los hombres se niegan a tomarlas de la mano, pues su voz es ese sonido que jamás verán apagado, ellas luchan, manifiestan, jamás se han guardado lo que consideran justo.

Intentan perdonarlo todo, aunque la realidad les grite que existen ciertos principios que son  inquebrantables y que por tanto hay heridas irreparables, el dolor las cambia, para bien y para siempre.

Se reconocen porque saben decir 'lo siento' porque jamás han dejado que el orgullo las gobierne, al contrario, el ego es un animal que hace mucho dominaron. Son la infinidad de la ternura, las tendrás en su lado más infantil si sabes encontrarlas, pero claro, una vez las pierdes no hay camino que te las devuelva.

Ninguna mujer que se reconoce le da la espalda a sus conceptos, los honra como si se tratase de una religión y sin importa qué, quién ni cómo, han sabido evadir las bandejas llenas de plata si acaso estas representan traicionar sus creencias.

Saben decir no, de la forma más sutil y contundente, sus valores son innegociables, aunque saben escuchar jamás las verás tomar un argumento sin peso, estarán siempre atentas a la opinión del otro, pues las mujeres que se reconocen siempre tienen un espacio para alguien más y es justo porque saben que el mundo no se trata de ellas sino de lo que en conjunto somos, ellas simplemente están ahí, justo, cuando las necesiten.

Su incondicionalidad es a su vida como respirar, ya que casi nadie está para ellas, han decidido ser el diferencial. Uno de sus grandes dones es encontrarse en otras, admirarse profundamente entre mujeres que se reconocen.

Se lanzan sin preveer, pues confían y en este punto, no me pregunten si es cualidad o defecto, pero las mujeres como ellas están tan convencidas de que existe un mundo diferente, que sin mayores señales esperan aterrizar en el paraíso.

Creen en el amor profundamente y sin importar la trayectoria en su próxima primera vez con alguien serán aún más amorosas, aún más fieles, aún mejores. Tomarán cada compañía esperando que sea la última, lucharán hasta el último día, hasta el último beso y verán esos otros ojos como si fuesen la mayor verdad que conocen.

Recuerdan cada ridículo, cada estupidez que hicieron, nadie en el mundo es más consciente de sus caídas que ellas mismas y aunque el tiempo sea irrevocable, están seguras que en una siguiente ocasión no equivocarán el camino de la misma forma. 

Las mujeres que se reconocen saben verse sin odiarse, saben decir "me equivoqué" porque saben que sus caídas nunca fueron mal intencionadas, eso las hace enormes, poderosas y preciosas, las hace inolvidables.