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viernes, 6 de enero de 2017

Mujeres que se reconocen

"Si has intentado encajar en algún molde y no lo has conseguido, probablemente has tenido suerte. Es posible que seas una exiliada, pero has protegido tu alma... Es peor permanecer en el lugar que no nos corresponde en absoluto que andar perdidas durante algún tiempo, buscando el parentesco psíquico y espiritual que necesitamos. Jamás es un error buscar lo que una necesita. Jamás." 
 ( Clarissa Pinkola Estés, Mujeres que corren con los lobos p. 201)

Se desconocieron cuando se encontraron llorando un mar de lágrimas y rotas porque alguien las dañó. Lo único más cierto en cada una es que se entregan sin medida, porque las mujeres que se reconocen saben cuánto tienen exactamente para dar y sólo aquellas que saben lo que valen concluyen que siempre es más, mucho más de lo que cualquiera imagina.

Las mujeres que se reconocen saben bien a qué saben sus defectos, sin glorificarlos los advierten, los delimitan porque jamás han permitido que aquello que las daña las controle, son fuertes aunque muchos las hayan visto llorar en público, no le temen al fracaso y curiosamente son, de vez en cuando, quiénes más se limpian las rodillas y se levantan,

Una gran parte de los hombres se niegan a tomarlas de la mano, pues su voz es ese sonido que jamás verán apagado, ellas luchan, manifiestan, jamás se han guardado lo que consideran justo.

Intentan perdonarlo todo, aunque la realidad les grite que existen ciertos principios que son  inquebrantables y que por tanto hay heridas irreparables, el dolor las cambia, para bien y para siempre.

Se reconocen porque saben decir 'lo siento' porque jamás han dejado que el orgullo las gobierne, al contrario, el ego es un animal que hace mucho dominaron. Son la infinidad de la ternura, las tendrás en su lado más infantil si sabes encontrarlas, pero claro, una vez las pierdes no hay camino que te las devuelva.

Ninguna mujer que se reconoce le da la espalda a sus conceptos, los honra como si se tratase de una religión y sin importa qué, quién ni cómo, han sabido evadir las bandejas llenas de plata si acaso estas representan traicionar sus creencias.

Saben decir no, de la forma más sutil y contundente, sus valores son innegociables, aunque saben escuchar jamás las verás tomar un argumento sin peso, estarán siempre atentas a la opinión del otro, pues las mujeres que se reconocen siempre tienen un espacio para alguien más y es justo porque saben que el mundo no se trata de ellas sino de lo que en conjunto somos, ellas simplemente están ahí, justo, cuando las necesiten.

Su incondicionalidad es a su vida como respirar, ya que casi nadie está para ellas, han decidido ser el diferencial. Uno de sus grandes dones es encontrarse en otras, admirarse profundamente entre mujeres que se reconocen.

Se lanzan sin preveer, pues confían y en este punto, no me pregunten si es cualidad o defecto, pero las mujeres como ellas están tan convencidas de que existe un mundo diferente, que sin mayores señales esperan aterrizar en el paraíso.

Creen en el amor profundamente y sin importar la trayectoria en su próxima primera vez con alguien serán aún más amorosas, aún más fieles, aún mejores. Tomarán cada compañía esperando que sea la última, lucharán hasta el último día, hasta el último beso y verán esos otros ojos como si fuesen la mayor verdad que conocen.

Recuerdan cada ridículo, cada estupidez que hicieron, nadie en el mundo es más consciente de sus caídas que ellas mismas y aunque el tiempo sea irrevocable, están seguras que en una siguiente ocasión no equivocarán el camino de la misma forma. 

Las mujeres que se reconocen saben verse sin odiarse, saben decir "me equivoqué" porque saben que sus caídas nunca fueron mal intencionadas, eso las hace enormes, poderosas y preciosas, las hace inolvidables.