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viernes, 19 de abril de 2013

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Sentimientos encontrados, ninguno se conoce con el otro, en este acto de presentarlos me tomaré un vida entera.

¿Qué pasa cuando te descubren? ¿y qué pasa cuando tú descubres el mundo?

Qué pasa cuando te das cuenta que nada es como parece, que todo tiende a ser un poco más complejo, que tu color favorito no es en realidad tu color favorito y que, de habértelo imaginado, el cinco quizás sí se parece a ti.

Qué pasa cuando el fuego ya no te identifica sencillamente porque el viento parece soplar más fuerte, cómo saber de conexiones corazón a corazón si jamás has tenido una con el alma. ¿qué pasa?

Qué pasa cuando la historia del otro lado se lee más interesante que la tuya, y más que eso, se lee real.

Supongo en este mar de verdades yo ya me ahogué, y en las cenizas de un fuego que nunca se consumió se quedaron tatuados un par de versos que jamás viví. Supongo la tierra se mostraba resistente, pero al hacer contacto con el agua se tornó movediza, insegura.

Cuando te empiezas a conocer, te espantas, el espejo te ha mentido tanto tiempo, que entonces te niegas a aceptar que la de ojos café, piel blanca y cabello negro largo te ha estado mintiendo un poco, que los temores están en su punto de éxtasis más alto y las rodillas en su quebrantes más anónima.

Hasta las uñas se sienten débiles. La piel, las heridas y un par de lagrimas insolentes y rebeldes no te permiten ver más allá del alma; el escudo se ha hecho el fuerte y cuando alguien revela lo frágil que es te da miedo. Te da miedo mirarte, porque a tu mirada apuntan las flechas de los ojos del resto.

Te mienten, descubres que te mienten. Descubres entonces que no era, que no eras y que nunca fuiste, te quedas en silencio, permites que las notas de un piano te acorralen un poco, para acariciarte las pestañas, para besarte hasta los huesos, para recordarte que el sonido de aquella melodía te pregunta "¿dónde estás?".

Un insulto, eres un insulto, pero eres poesía, poeta de medio tiempo. Un poco inútil, pero enseñas. Representas, te pareces al resto. Al final casi todos se sienten como tú. Inseguros, tu al menos lo gritas. Con miedo de sentir más en cada letra, de renacer finalmente, de ser un poco flor y un poco espina.