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miércoles, 25 de marzo de 2015

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Soy puro ruido cuando leo tu sonrisa, dejas que el silencio se vaya por la puerta, que el sax se de lugar entre la sala, el vino y tú modestia.

Detecto tu elocuencia, como quien separa luces en medio de intermitencias, de disfraces, de insistencias, de quienes no existen en el arte de los besos, de los espacios en blanco de nuestro adentro y de aquello incierto de estar vivo.

Fascinas con facilidad, al alcance de unas líneas, de un pase con música mientras cruzo la ciudad. Vives, bebes, la ausencia, la suciedad, de lo que te ha matado y de lo que te has podido fumar, de esos amores que te inyectaste con la excusa de tu soledad, del sexo y el tiempo caído del ¿por qué no?.

Amorilealtad ofrece tu voz, constante aunque letal, capaz, de tocarme el placer a un compás, sin más, que tu comentario sutil frente al idiota, lo indignante y lo fugaz.

Contacto leo, descifro tu paz..






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