Páginas

lunes, 6 de enero de 2014

De a poco...

Me perdí en tus ojos haciendo de la magia cosa simple, ignorando los mejores paisajes tan sólo porque en tu mirada pude encontrar mucho más; invirtiendo mis lunares y re-acomodando mis cicatrices, todo por ti, por tu compañía y por ese brillo intenso que se crea cuando estamos juntos.

No me preguntes por qué, a veces sólo basta con abrazarte, a veces, sólo a veces, es suficiente con respirar a tu lado, con robarme un poco el cielo y ponerlo tras tu espalda, para que te sientas cómodo, para que puedas amar la vida mucho más de lo que ya la amas.

Y entonces tú sonríes, con ese gesto que pocos conocen, con ese niño interno que te sale a gritos por la mirada, que no es por mí, sino por la vida misma, porque te sientes completo, porque tienes el antídoto, porque entre tantos, eres alivio, felicidad y dulzura.

Puedo amarte cuando yo quiera, entre canciones, letras y dibujos; haciendo que todo sea sencillo, incluso eso, eso a lo que todos le temen, eso que a veces al terminar el día nos acompaña en la habitación para quitar el miedo cuando recordamos que aunque no sea fácil ha valido el esfuerzo.

Y mientras tanto el mundo sigue, intentando persuadirnos de lo que ellos llaman "correcto" pero tú le regalas fuerza a mis días para hacer una revolución de silencio y apatía, de absoluta resistencia, para ser mejores, para llegar lejos, para vivir París juntos algún día.

Seguido sueño a tu lado, a veces con temor, porque este planeta da tantas vueltas y no quiero marearme, no quiero rendirme, no quiero que te rindas, no quiero que nuestra guerra contra el planeta cese, porque aunque nadie lo note, somos mágicos y la vida nos celebra.

A veces nos caemos, quizás quién más tropieza soy yo, pero de cualquier forma encontraré la manera para levantarme y seguir caminando a tu lado, no sólo porque eres grandioso, sino porque (a sorpresa de muchos y de mí misma) realmente soy maravillosa a tu lado, frente a tu piel, frente a tus risas, frente a tus triunfos, frente a ti, por primera vez, logro ser yo misma.

Gracias, gracias por llenar mis letras de un amor que aun no sé si es muy grande, muy fuerte, o para siempre, pero que es amor, de ese bueno, de ese que te hace diferente y luchador, de ese que te llena de sueños y más sueños, no sólo al lado de alguien, sino al lado de la mismísima felicidad, de esa que no se describe, ni se explica, pero se sueña y se realiza, de a pocos...